Según los últimos estudios presentados ante la Cumbre del Clima de Copenhague (en diciembre) sobre la evolución del cambio climático en diferentes escenarios de emisiones, se llegó a la conclusión que será imposible evitar un calentamiento medio de la Tierra de 2ºC, umbral que se considera peligroso para la vida, si no se reducen drásticamente, y con urgencia, las emisiones de dióxido de carbono. Teniendo en cuenta, además que ya se ha gastado la mitad de un presupuesto hipotético de 3,7 billones de toneladas de emisiones CO2, esa frontera invisible a partir de la cual los dos grados más son inevitables.
Según las investigaciones por parte del Instituto de Investigación del Cambio Climático de Postdam, calculó cuánto CO2 se debe emitir para no llegar a esos dos grados de aumento, el objetivo firmado por 110 países. Es decir no se puede superar el billón de toneladas de dioxido de carbono emitidas entre el año 2000 y el 2050. El problema es que el mundo ya ha emitido un tercio de esa cantidad en los nueve años transcurridos desde el inicio del siglo. Es necesario cortar más de la mitad las emisiones para 2050, en relación con los niveles que había en 1990.
Reservas de combustibles fósiles según expertos
Los expertos de Postdam, que han tenido en cuenta varios factores ambientales, señalan que no se puede quemar más de una cuarta parte de las reservas actuales de gas, petróleo y carbón en los próximos 40 años sin provocar un desastre. "Cada día de retraso en la toma de medidas, nosotros consumimos una gran parte de nuestro presupuesto, perdiendo así capacidad de maniobra e incrementando las probabilidades de unas consecuencias muy peligrosas", asegura Reto Knutti, coautor de este trabajo en el que se han tenido en cuenta miles de diferentes posibilidades de emisiones.
La segunda investigación, dirigida por el británico Myles Allen, de la Universidad de Oxford, pone el límite de los 2ºC en unas emisiones de 3,7 billones de toneladas de CO2 para un periodo que llama Antropoceno, y que iría desde finales del siglo XVIII al 2500. De esa cantidad, sólo nos quedaría la mitad. Allen y su equipo hacen hincapié en el peligro de centrar las políticas en objetivos de reducción de emisiones, sin tener en cuenta que el dióxido de carbono es acumulativo. "La madre naturaleza no sabe de datos. Para evitar un cambio climático peligroso debemos limitar el total de carbono acumulado que inyectamos en la atmósfera, no sólo el ratio de emisiones cada año", apunta el experto.
La contaminación debe reducirse antes de 2020. «Si esperamos, los costes económicos y tecnológicos serán tremendos, mucho más de lo que hoy se considera políticamente factible», asegura.
David Frame, de Oxford, pone la nota positiva:"Sabiendo que la capacidad de la atmósfera se agota, podemos ofrecer a la industria y a los gobiernos una dirección clara y simple para una planificación a largo plazo".
Según las investigaciones por parte del Instituto de Investigación del Cambio Climático de Postdam, calculó cuánto CO2 se debe emitir para no llegar a esos dos grados de aumento, el objetivo firmado por 110 países. Es decir no se puede superar el billón de toneladas de dioxido de carbono emitidas entre el año 2000 y el 2050. El problema es que el mundo ya ha emitido un tercio de esa cantidad en los nueve años transcurridos desde el inicio del siglo. Es necesario cortar más de la mitad las emisiones para 2050, en relación con los niveles que había en 1990.
Reservas de combustibles fósiles según expertos
Los expertos de Postdam, que han tenido en cuenta varios factores ambientales, señalan que no se puede quemar más de una cuarta parte de las reservas actuales de gas, petróleo y carbón en los próximos 40 años sin provocar un desastre. "Cada día de retraso en la toma de medidas, nosotros consumimos una gran parte de nuestro presupuesto, perdiendo así capacidad de maniobra e incrementando las probabilidades de unas consecuencias muy peligrosas", asegura Reto Knutti, coautor de este trabajo en el que se han tenido en cuenta miles de diferentes posibilidades de emisiones.
La segunda investigación, dirigida por el británico Myles Allen, de la Universidad de Oxford, pone el límite de los 2ºC en unas emisiones de 3,7 billones de toneladas de CO2 para un periodo que llama Antropoceno, y que iría desde finales del siglo XVIII al 2500. De esa cantidad, sólo nos quedaría la mitad. Allen y su equipo hacen hincapié en el peligro de centrar las políticas en objetivos de reducción de emisiones, sin tener en cuenta que el dióxido de carbono es acumulativo. "La madre naturaleza no sabe de datos. Para evitar un cambio climático peligroso debemos limitar el total de carbono acumulado que inyectamos en la atmósfera, no sólo el ratio de emisiones cada año", apunta el experto.
La contaminación debe reducirse antes de 2020. «Si esperamos, los costes económicos y tecnológicos serán tremendos, mucho más de lo que hoy se considera políticamente factible», asegura.
David Frame, de Oxford, pone la nota positiva:"Sabiendo que la capacidad de la atmósfera se agota, podemos ofrecer a la industria y a los gobiernos una dirección clara y simple para una planificación a largo plazo".
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